Tratamiento de la Gonorrea

Tratamiento Gonorrea

La Gonorrea o blenorragia es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) que afecta a la humanidad desde hace siglos. Se pueden encontrar descripciones de una entidad similar (uretritis aguda) en el papiro de Eber(1).

Galeno en 130 a.C. denominó a esta enfermedad gonorrea (que significa en griego «salida de flujo o semilla») debido a la creencia errada de suponer que la característica secreción purulenta uretral masculina era una espermatorrea(2).

Las ETS suelen afectar a la población joven produciéndose el 60% de los contagios en menores de 24 años(3).

Qué es la gonorrea

La Gonorrea es una infección producida por la bacteria Neisseria gonorrhoeae – más conocida como gonococo – que primariamente infecta el tracto urogenital.

En febrero de 2017 la Organización Mundial de la Salud (OMS) OMS incluyó a la N. gonorrhoeae entre los «patógenos prioritarios» resistentes a los antibióticos calificándole como de prioridad elevada(4).

Causas de la gonorrea

Neisseria gonorrhoeae
N. gonorrhoeae . Imagen cortesía de NIAID

N. gonorrhoeae – o gonococo – es un diplococo Gram negativos no móviles, no esporulados, con un diámetro aproximado de 0.6 a 0.8 micras (de manera individual). Estos cocos tienen forma de riñón o de grano de café. Se observan en pares adyacentes por sus lados planos o cóncavos.

El gonococo es una bacteria muy lábil al calor, refrigeración, antisépticos, la desecación; y puede resistir poco tiempo a la exposición al aire (1 a 2 horas). Estas características hacen que su transmisión sea por contacto directo.

Este germen accede a las mucosas de las vías genitales, el recto y la faringe, dependiendo de las prácticas sexuales de los individuos, produciendo infecciones no complicadas o supuración aguda que puede continuar con invasión de los tejidos, que lleva a inflamación crónica y fibrosis.

Neonato con infección oftálmica de gonorrea
Neonato con infección oftálmica de gonorrea-Fuente: CDC-PHIL

Los neonatos de madres contagiadas pueden adquirir la infección ocular a través de su paso por el canal del parto.

Forma de contagio de la gonorrea

El gonococo afecta exclusivamente al ser humano. A parte de la vía de transmisión sexual la enfermedad puede ser transmitida en el período perinatal por secreciones genitales de la madre hacía el feto a su paso por el canal del parto.

La enfermedad frecuentemente es transmitida por personas que asintomáticas o sujetos que presentan síntomas leves – que puede que consideren de poca importancia – y persisten sexualmente activos sin recibir adecuado tratamiento.

La infección no crea inmunidad por lo que una persona puede reinfectarse si se expone nuevamente al gonococo.

Síntomas de la infección por Gonococos

La gonorrea se diagnostica más rápidamente en hombres que en mujeres pues ellos presentan síntomas marcados en torno a una uretritis aguda con un período de incubación de 2 a 5 días(5), pudiendo llegar incluso a los 21 días. Derivado a este hecho cerca de 90% de las notificaciones de la enfermedad son en hombres a pesar de que pueda existir un número similar de mujeres infectadas.

El hombre presentará así una secreción purulenta por la uretra y dolor al orinar con sensación de quemazón. La inflamación y el dolor en los testículos es bastante frecuente. Es posible que se presente prostatitis. En las infecciones no tratadas puede observarse como consecuencia estrechez de la uretra.

Las mujeres pueden ser portadoras de la enfermedad de modo asintomático por lo que se notifica menos su infección (subdiagnóstico), en ellas la infección se localiza en el endocérvix y puede extenderse a la uretra y la vagina. En algunos casos la paciente manifiesta secreción vaginal con aumento del deseo miccional y molestias al orinar. En ocasiones da manifestaciones de enfermedad inflamatoria pélvica.

Aunque no se manifieste igual que en el hombre la infección femenina puede complicarse con una inflamación de las trompas de Falopio (Salpingitis aguda) con fibrosis que puede ser causa de infertilidad en 20% de las mujeres que han presentado salpingitis gonocócica.

La inflamación y fibrosis posterior del epididimo pueden llevar a esterilidad masculina.

Con menos frecuencia se infectan mucosas como la del recto, orofaringe y conjuntiva. Las infecciones orofaríngeas son las de más difícil tratamiento.

Hay pacientes en quienes se puede producir artritis gonocócica precedida una o dos semanas por la infección de origen genitourinario.

Cómo se hace el diagnóstico de Gonorrea

El diagnóstico se realiza mediante cultivo de una muestra tomada de la secreción uretral en el hombre o cultivando una muestra endocervical en la mujer usando el medio de cultivo de Thayer Martin.

Lograr el crecimiento de colonias de ésta bacteria permite evaluar su sensibilidad antibiótica, elemento de gran importancia si recordamos que la Neisseria gonorrhoeae ha desarrollado resistencia a varios antibióticos.

Las pruebas como la PCR da mayor facilidad para lograr el diagnóstico pero no permite conocer la susceptibilidad de la bacteria a los antibióticos.

Tratamiento de la gonorrea: Cura y Resistencia

El tratamiento de la gonorrea debe ser indicado por un médico quien evaluará la pertinencia del medicamento elegido en consideración de las características del paciente (alergias, metabolización y excreción de los fármacos) y la resistencia bacteriana observada en su zona. La enfermedad se considera de denuncia obligatoria.

El tratamiento se ha complicado por la creciente resistencia de ésta bacteria a los antimicrobianos como la penicilina o tretraciclina descrita desde los años 70 del siglo pasado(6). Anteriormente a esta resistencia y en personas no alérgicas se ha usado 4.8 millones de unidades de penicilina procaína intramuscular, en una sola dosis repartida en ambos glúteos – una terapia dolorosa – y que dependerá de que el germen sea aún sensible a este antibiótico, Esta práctica ha cedido su espacio recomendándose actualmente el uso de la ceftriaxona más azitromicina. Desde 1990 se habla también de problemas vinculados a la resistencia del gonococo a las fluoroquinolonas.

Por lo general (y por ahora) suele usarse para tratar la gonorrea cefalosporinas de tercera generación como Ceftriaxona en una dosis única de 250 mg por vía intramuscular.

El gonococo puede ser sensible a la ciprofloxacina (se ha descrito resistencia a las quinolonas) un antibiótico que no debería ser usado durante el embarazo.

Debido a la resistencia de la N. gonorrhoeae a muchos antibióticos lo ideal en caso de dificultad terapéutica es cultivar el germen para evaluar a qué antibióticos es realmente sensible.

En pacientes que tienen contraindicación de usar cefalosporinas o quinolonas se ha usado spectinomicina 2gr por vía intramuscular en dosis única.

El tratamiento para la gonorrea debe acompañarse de tratamiento para la Chlamydia (terapia dual) por la elevada frecuencia con la que ambos gérmenes se ven asociados por lo que se sugiere que los pacientes reciban también 1 gramo de azitromicina en dosis única o doxiciclina 100 mg vía oral dos veces al día por 7 días.

Recientemente la disminución de la sensibilidad in vitro del gonococo a la cefixima(7).

Siempre deben ser evaluadas y tratadas las parejas sexuales del paciente, y debe recomendarse la abstinencia sexual hasta la mejoría y curación.

Este artículo no sustituye la opinión del médico tratante.

Prevención de la gonorrea

Algunas medidas de prevención son:

  • La prevención empieza por promover la educación sexual desalentando los encuentros sexuales ocasionales con desconocidos y promoviendo limitar el número de parejas.
  • En promiscuos se recomienda la selección de parejas que carezcan de conductas sexuales riesgosas.
  • Uso de microbicidas químicos durante la realización del acto sexual y el empleo del condón de látex.

Referencias consultadas

  1. Lugones Botell, M. A., Molinet Duarte, I., Quintana Riverón, T. Y. & Vázquez Sánchez, M. Sífilis y gonorrea; parte de su historia. Revista Cubana de Medicina General Integral 11, 382–384 (1995).
  2. Conde-González, C. J. & Uribe-Salas, F. Gonorrea: la perspectiva clásica y la actual. Salud pública Méx 39, 543–579 (1997).
  3. Huneeus, A. & Schilling, A. Actualización en infecciones de transmisión sexual en adolescentes en Chile. Contacto Científico 9, (2019).
  4. Dinamarca, S. et al. Neisseria gonorrhoeae: optimización del diagnóstico por pcr; estudio de la infectividad, la persistencia y la respuesta inmune. (2018).
  5. Thompson M., L. Tratamiento de la gonorrea en adolescentes y adultos. Rev. chil. infectol. 17, (2000).
  6. Tortora, G. J., Funke, B. R. & Case, C. L. Introducción a la microbiología. (Ed. Médica Panamericana, 2007).
  7. Bolognia, J. L., Schaffer, J. V. & Cerroni, L. Dermatología. (Elsevier Health Sciences, 2018).

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